Los comprimidos, o tabletas, son un formato esencial para la comercialización de complementos alimenticios. Pueden contener cantidades sustanciales de nutrientes o materias vegetales y resultan familiares al consumidor. A pesar de su uso generalizado, un comprimido debe mantener la densidad correcta para no romperse en el transporte y poder tragarse fácilmente.

Las cápsulas u opérculos son el formato más común en nutracéuticos y suplementos. Pueden ser de varios tamaños (marcados de 0 a 5) y comercializarse en diversos tipos de envases, como tarros (frascos) o frascos para píldoras, sobres o blísteres.

Los polvos son el formato preferido para los deportistas (por ejemplo, proteínas en polvo o preentrenamiento), pero también para suplementos como los salinos. Los polvos pueden presentarse en bolsitas, sobres, stick-packs o tarros. Es importante estudiar su solubilidad, higroscopicidad y granulometría.

Los geles líquidos son todos los complementos de base acuosa, desde los verdaderos solutos (a menudo en ampollas o frascos) hasta los geles de densidad variable contenidos en sobres, bolsitas o stickpacks. Complejo es su equilibrado y el estudio de la estabilidad organoléptica del producto.