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Mejor proteína en polvo: ¿concentrado o aislado?

Tanto los consumidores como quienes se acercan al lanzamiento de una línea de suplementos deportivos se enfrentan a muchas alternativas cuando se trata de proteína de suero en polvo. La diferencia de precio suele ser significativa entre ambos productos. Intentemos comprender por qué y cómo debemos orientar nuestra elección de uso o producción.

Resumen

WHEY vs ISO proteína en polvo

Llamamos simplemente “WHEY” a la proteína de suero concentrada, mientras que “ISO” es la proteína que se somete a un proceso adicional llamado aislamiento, que aumenta su pureza. El precio de las ISO puede ser casi el doble que el de las proteínas WHEY.
Hasta hace unos años, la diferencia entre ambos productos no era sólo de precio: las WHEY dejaban a menudo un residuo espeso en el fondo del vaso o de la coctelera y eran objetivamente difíciles de digerir. Por tanto, los ISO supusieron una auténtica revolución desde el punto de vista comercial para los complementos alimenticios deportivos. Hoy, sin embargo, gracias a las excelentes materias primas de alta solubilidad, las WHEY pueden disolverse al instante y utilizarse añadidas al yogur simplemente agitándolas.
Hasta la fecha, podemos decir que WHEY e ISO tienen la misma facilidad de uso y especificaciones muy similares. Pero, ¿es suficiente el 10% más de concentración de proteínas para justificar el precio de la proteína ISO? La respuesta debe dejarse en manos del consumidor, teniendo en cuenta que sólo los aislados de proteínas consiguen alcanzar un grado de purificación de la lactosa que les permite utilizar la etiqueta “sin lactosa”. Además, muchos siguen afirmando que les resultan más digeribles y fáciles de disolver, aunque a menudo se trata sólo de un prejuicio debido a experiencias pasadas.

Procesos de concentración y aislamiento del suero

El proceso de concentración de la proteína del suero es un proceso utilizado para obtener un derivado rico en proteínas a partir del suero, un subproducto acuoso y lechoso de la producción láctea (queso). En el suero sólo hay un pequeño residuo de proteína y se requieren varios pasos para obtener un producto de calidad alimentaria. Una de las técnicas más utilizadas es la microfiltración o ultrafiltración, que utiliza membranas porosas para separar las proteínas de la parte líquida del suero. La microfiltración también pretende eliminar o minimizar los componentes no proteicos, como la lactosa, la grasa y los minerales, centrándose en la proteína pura.
Además de la microfiltración, también hay pasos de lavado con agua o incluso otros pasos para los que se habla de aislamiento. El proceso de aislamiento de proteínas sucede a la ultrafiltración -ahora común- e implica pasos como el intercambio iónico o la cromatografía de flujo inverso y la técnica de precipitación con disolventes, conocida popularmente como pulverización. En este último proceso, se pulveriza CO2: cuando el dióxido de carbono alcanza la presión supercrítica, adquiere propiedades únicas que lo convierten en un disolvente eficaz para separar proteínas. El proceso de aislamiento de la proteína del suero es capaz de producir materias primas con una concentración de hasta el 90% y muy bajas en grasa y lactosa.

Estrategias comerciales para las proteínas ISO

Comunicar la concentración de proteínas

A menudo encontramos en los estantes o en el comercio electrónico proteínas “ISO 90” que aluden a un alto grado de concentración del producto. Difícilmente el producto acabado es capaz de mantener una concentración proteica del 90% debido a los excipientes, pero sin duda tendrá una concentración mejor que los productos WHEY de la misma tienda.

Comunicar si no contiene lactosa y otras alegaciones

Un precio más alto debe estar justificado. Las personas que buscan los llamados productos premium quieren una respuesta inmediata por el mayor coste que han pagado. El uso (legalmente apropiado) de alegaciones es importante para comunicar las bondades del producto, y las proteínas que utilizan una materia prima aislada suelen tener las especificaciones para ser declaradas sin lactosa. Si hemos utilizado edulcorantes o edulcorantes, podemos comunicar que el producto es “sin azúcares añadidos” y, debido al uso de proteínas muy refinadas, también muy bajo en grasas. Un experto en normativa le orientará.

Formulación con menos materia prima

Muchas marcas se centran en vender un producto proteico aislado sin lactosa, no necesariamente con un contenido muy elevado de proteínas. A continuación, introducen ingredientes distintos de la proteína de suero (que no contienen lactosa) o excipientes que reducen el coste por envase. Esto se hace para dirigirse (como se dice en marketing) a los intolerantes a la lactosa con un precio atractivo. El consumidor medio tiene más o menos las mismas expectativas de cantidad de proteínas por toma (24-30 gramos por cacito) y se puede llegar a un compromiso justo aumentando el tamaño del cacito en el envase. Lo importante es ser transparente con el cliente.
Por último, se pueden añadir o no inclusiones (galletas, frutos secos, etc.), buscando un producto más o menos técnico y, por tanto, más o menos orientado al sabor que a las especificaciones técnicas, las calorías, el trabajo sobre el formato, el envasado, etc.

Conclusión

Los concentrados de proteínas de suero, conocidos como WHEY, han alcanzado hoy en día un nivel de calidad/precio muy bueno que satisface las necesidades del consumidor medio. Los aislados de proteínas suelen tener un grado de purificación suficiente para hacer uso de las declaraciones de la etiqueta que resultan atractivas para algunos consumidores, por ejemplo los intolerantes a la lactosa, así como un porcentaje de proteínas ligeramente superior. La elección es, por tanto, una cuestión de marketing o de bolsillo (en lo que respecta al consumidor), lo que nos recuerda que los suplementos proteicos son una gran solución para quienes desean hacer un cambio en su dieta con un ojo puesto en el presupuesto.

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